infancia...

hoy te contaré una historia que pasó hace mucho tiempo,
es el relato de una pequeña niña inocente,
una niña igual a tantas, jugaba, dormía, hacía travesuras,
una niña a la cual sus padres amaban.

una día esta pequeña se dirigía a su clase matutina de religión,
llevaba puesto un lindo vestido de terciopelo rojo,
flamante, se lo acababan de regalar,
un peinado de princesa,
ella lo era, pero ese día realmente se veía bonita.

no conocía nada de la maldad que existía en el mundo,
sus padres la mantenían en una burbuja de cristal,
una estructura frágil,
pero era su ambiente, y ella no sabía nada de las sombras.

en ese entonces estaba aprendiendo de la bondad de Dios,
de las buenas personas que existían en el mundo,
en su cara se dibujaba una sonrisa hermosa,
tenía unos ojos grandes y felices,
como no estarlo... si se veía preciosa.

pero toda esa felicidad se vería opacada,
por un hombre que la observaba,
escondido detras de una pared,
él la llamó, la pequeña se acercó,
sin saber que aquel hombre no era bueno.

él...la tocó...
sus manos temblorosas y asquerosas estaban sobre ella,
su voz se clavó en su alma,
la niña lloró, no sabía lo que pasaba,
no sabía que hacer, simplemente se alejó,
corrió, se derrumbó, sintiendose horrible...

odiaba verse tan bonita,
odiaba ese vestido, se odiaba ella misma.

soñaba con su mirada, con su intención o lo poco que de ella entendía,
jamás dijo nada,
jamás supo porque ella, porque precisamente ella,
no le había hecho nada malo a nadie
si, el otro día habia hecho una travesura,
pero no quería creer que Dios castigaba tan feo por salir a la tienda sin permiso.

¿acaso ese repugnante hombre no tendría hermanas, hijas, madre?
jamás lo supo, jamás lo volvió a ver, o al menos eso cree ella,
no recuerda su cara, decidió olvidarla,
ahora es una mujer, y la acusan de lastimar a los hombres,
cuando nadie sabe la verdad de su vida...

NO ACUSES A LAS PERSONAS, JAMÁS PODRÁS SABER PORQUE SON COMO SON...